La independencia no la hizo Hidalgo, ni Morelos, tampoco Iturbide, fue un proceso extraordinariamente
complejo que se fue gestando por décadas, incluso antes de que aquellos que al final se involucraron en ella pudieran siquiera imaginarla. El conde de Aranda, en 1786 le decía a Carlos III: "Me
he llenado la cabeza de que la América meridional se nos irá de las manos, y ya que hubiese de suceder, mejor será un cambio que nada. Yo no hayo de proyectista ni de profeta; pero esto segundo
no es descabellado, porque la naturaleza de las cosas lo traerá consigo, y la diferencia no consistirá sino en años". De hecho, Aranda le proponía al emperador provocar las independencias,
colocando monarcas, en cada uno de los grandes reinos de ultramar para conservar la relación con ellos. Una especie de confederación de reinos hispanos, teniendo a Carlos III como gran
emperador.
En en Brasil, la independencia la proclama el príncipe Pedro I, hijo del monarca de Portugal y ,aunque sí hubo algunos enfrentamientos entre las tropas del rey y
las de su hijo, la independencia se logró de una manera menos violenta.
Nuestra independencia se consiguió finalmente por medio del consenso, pero ya demasiada sangre se había derramado; ya los medios de producción estaban destruidos y
el gran desarrollo de la Nueva España (que fue una de las causas para buscar la separación), se había minado por completo.
En México festejamos el inicio de la lucha armada, nos complacemos en el fraticidio, pues la guerra no fue entre novohispanos y españoles, sino fundamentalmente
entre personas nacidas en esta tierra. Las diferencias no eran necesariamente entre independizarse o no, sino en la forma de conseguirlo; en considerar si valía la pena o no, conservar los
vínculos no sólo con España, sino con los otros reinos de ultramar; por tanto, había confrontación entre las ideas de autogobierno y de escisión. También se originaron disputas entre quienes
aceptaban o no los principios de la Constitución de Cadiz. Fue, en definitiva, un proceso complejo que solemos simplificar poniendo dos bandos, unos buenos y otros malos. Cuando en realidad fue
la dolorosa confrontación entre hermanos. Y hemos nombrado como máximo héroe, como padre de la patria a un hombre desorganizado, sin idea alguna de la aventura que emprendía, que provocó la
muerte de miles de sus propios seguidores. Un hombre sincero, que podía buscar el bien de México, pero que erró con frecuencia y eso le costó el movimiento, y la vida. Morelos es una figura mucho
más interesante en todos aspectos. Sin ser militar, tenía una extraordinaria intuición sobre las cosas de la guerra y procuró sentar las bases de un futuro estado, estableciendo una primera
constitución. Sin embargo, por el despliegue de violencia y destrucción, su movimiento también fracasaría. Las fuerzas insurgentes siempre fueron más numerosas que las realistas y con frecuencia
tenían más recursos. Sin embargo, los realistas tenían personas más preparadas en el campo de la guerra. Eso lo sabían los insurgentes y por ello le ofrecieron a dos oficiales realistas el mando
de las tropas. A Calleja y a Iturbide, sus principales opositores en batalla, pero no en ideas. Los insurgentes sabían que ambos aceptaban la idea de la emancipación, pero diferían en la forma de
conseguirla. Y, por ello, los dos pasan en la historia oficial, al "bando de los malos". Si pudiéramos comprender mejor las motivaciones de cada personaje, los que nos agradan y los que nos
disgustan, si pudiéramos ver nuestro pasado con menos prejuicios, podríamos también plantear un mejor porvenir.
¿Sería tarde para recuperar la idea de una confederación de naciones hispánicas? No ha resultado negativo para Canadá, Australia, Nueva Zelanda, mantenerse unidos
con Inglaterra por su propia comunidad de naciones (commonwealth). Lo que quiero apuntar, es que, habiéndose dado las cosas, tal como fue, no tenemos por qué mantener odios fabricados, no tenemos
por qué aceptar la versión de los buenos y los malos y, en cambio, podemos soñar con establecer renovados lazos con todas las naciones libres del mundo hispánico.